Hablar y viajar: siempre en Bla Bla Car

Las ideas nuevas son peligrosas…Llegan de improvisto  y se cuelan entre las rendijas que deja lo preestablecido…

Así fue como apareció Bla Bla car en mi vida, conocí de su existencia a través de Cristina de Univerde ( Voluntariado ambiental). Colaboraban con esta web para mejorar el transporte en el campus. Se trataba de compartir coche para ir a la Universidad, una gran idea si contamos los gastos y la falta de aparcamiento. Reducimos el tráfico y reducimos las emisiones de gases.

La propuesta empezó a chirriar en mis oídos  cuando me confesó que también se trataba de una plataforma para compartir coche en viajes más largos, inclusive internacionales.

¿Compartir coche con desconocidos? ¿Eso que es? El autostop del futuro.  Me hacía emular imágenes de mi cadáver en una cuneta.

De modo que francamente el medio ambiente me importaba bien poco cuando se trataba de mi seguridad personal.  Y como tantas otras aquella idea quedo bajo el cartel de «auténtica locura».

Sin embargo, en mi entorno continuaba oyendo hablar de Bla Bla Car, personas que lo usaban y no habían tenido ningún problema ni sufrido ningún accidente, ni maldición gitana…era increíble!

Así que un buen día llego mi momento y movida por la necesidad de una rápida escapada a Valencia, oí la voz de aquel monitor de piscina que me decía: «Vamos madrileña, tírate a la piscina»

Y me tiré y como la mayor parte de cosas que consideraba imposibles o insalvables, no lo fue para nada.

El viaje fue como la seda, el conductor educado, simpático y cordial, los compañeros fabulosos e incluso me corte un poco al hablar para dejar pasar el paisaje…

No se como no reparé antes en ello, se trataba de viajar y hablar, aquello estaba hecho a mi medida!