No necesitas suerte, necesitas moverte

Vuelves a casa en tren, quizá agotado después una larga jornada, quizá cabizbajo y llevando contigo lo gris del día aunque aún sea verano…Absorto en tus pensamientos, la ropa de mañana, la comida de mañana, ese e-mail que no llega, esa factura que pagar…

Cuando de repente miras por la ventana del tren, fuera ya es de noche pero sobre el cristal adviertes la presencia de un post-it:

«No necesitas suerte, necesitas moverte, crea la vida que quieres vivir» 🙂

Es tu regalo en un día corriente como tantos otros, una simple idea que se ha colado en tu mente. Muévete, muévete… hoy es el día, ahora es el momento. Solo necesitas dar un paso!

¿Cuántas vidas puede cambiar un post-it en un cristal? ¿Cuántas personas se verán afectadas por estos cambios?

Tal vez alguien volvió a casa y dio un beso a su mujer en vez de echarse a dormir sin decir nada, otro envió esa propuesta a su jefe por muy descabellada que le pareciera en un principio, otro pensó en ese amigo que no veía desde hace tanto y le llamo.

Estos cambios empezaron a notarse en el mismo instante que la frase tomo vida.  La clave es la acción, la acción obra milagros.

Un tren sin destino conocido.

Esta semana he hecho un viaje muy especial en tren, un grupo de cobayas y yo nos subimos a un tren en la estación de Chamartin, sin conocer el destino. Sabíamos que el viaje duraba hora y media. En ese momento pensé:  ya esta nos llevan a Guadalajara o algo así.

Parecía que faltaban un montón de estaciones y entonces miré el mapa y allí estaba una vía civis en la que nunca había reparado, es curioso como hay cosas que siempre estuvieron allí y solo se revelan en el momento adecuado.

En asiento de enfrente una chica leía Oliver Twist, pronto descubriría que la joven Andrea estudia japonés. En los viajes se generan extraños compañeros. Todos los presentes teníamos algo en común usar el cercanías a diario y haber rellenado un formulario para participar en un tren experimental.

Después de pasar por Guadalajara el paisaje cambio, no se veía ni una casa, había mucha vegetación y hasta zonas de sierra, media hora más tarde llegamos a Sigüenza paramos 10 minutos y regreso.

Me he quedado con ganas de ver la ciudad así que tendré que reservar en el tren Medieval.

Haciendo este viaje experimental, me he ganado un billete al destino nacional que yo elija, y he elegido Vigo para poder visitar a mis amigos del erasmus, Vanesa y Alejandro, por el pulpo a la gallega también…

Os seré franca lo que he aprendido esta semana es que lo que realmente importa no es donde te dirijas sino el hecho de ir, el propio viaje es la recompensa, es tu cambio, tu transformación para a estar más cerca de las metas que te plantees. No tienes porque saber donde vas, solo ponerte en movimiento y un paso te llevará a otro.