La ruptura vista desde un punto de vista evolutivo

Me había prometido a mi misma no montar dramas en este blog, pero tarde o temprano llega el momento de tocar determinados temas.

Hoy toca hablar de la tan temida, odiada y pegajosa, ruptura sentimental y para darle un poquito más de enjundia la  vamos a mezclar con un par de conceptos biológicos: las extinciones en masa y la radiación adaptativa.

La primera vez que me dejaron sentí como si un gigantesco camión trailer se me llevara por delante. Tenía sueños en los que llevaba a mi madre al lugar de lo sucedido y explicaba mira mamá aquí sucedió todo… no comía, no dormía, prácticamente solo lloraba y me quedaba callada mientras en mi cabeza repasaba una y otra vez los mismos argumentos. Recorrí mil y un  callejones sin salida.

Cometí un montón de errores, descuide un montón de asuntos, adelgacé 7 kilos…Fue mi primera gran extinción en masa, un mini apocalipsis personal, fue morir en vida, fue romper con quien era yo entonces.

Pero después de eso llego la radiación adaptativa que en aquella ocasión tomo forma de emancipación, conseguí independizarme. También tomo forma de Beca erasmus, estudio de italiano, clases de full contact, nuevas amistades e intereses…

Resumiendo, se podaron algunas ramas y esto sirvió para dar forma al resto del árbol de mi vida y que creciera más fuerte y en la dirección que siempre había soñado.

Hace poco que he vivido mi segunda gran ruptura o extinción en masa como lo queráis llamar. Pero esta vez el episodio a sido como una mala versión del Padrino. El típico mafioso «judas » que se te acerca, te susurra algo al oído y aprovecha para meterte un tiro en el estómago.

Y todo sucedió muy deprisa, yo estaba ahí envuelta en toda esa película que me cayó de repente… ¿ Y pensé? Si te quedas sin hacer nada la vas a palmar. Así que puse mi mano sobre la herida y apreté fuerte, eché  a andar estilo «The walking death» en búsqueda de un hospital. Si me voy a desangrar, que no se diga que no lo intenté.  Y bajo el lema:  «Ya llorarás mañana y ya te hundirás mañana» seguí caminando  y hasta la fecha.

Ahora entramos en la parte de la radiación adaptativa que me corresponde en esta ocasión, una vez que he podado. ¿Qué forma van a tomar las cosas? ¿Cuánto van a crecer las ramas que quedan?

En cada ruptura hay una oportunidad para crecer,  para reflexionar sobre ti mismo, ser quien siempre quisiste ser y recorrer los nuevos caminos que se abren ante ti.

Pensad en la dinámica del Planeta lleva años funcionando así, grandes períodos de calma seguidos de breves períodos de gran movimiento.

Puedes transformar las rupturas,  hacer que dejen de ser finales tristes y pasen a ser grandes comienzos…