No soy una «It girl»

Ni quiero serlo,claro que quiero gustar a los hombres pero no a cualquier precio, la verdad tengo cosas más importantes que hacer que dedicar el 90% del tiempo a mi imagen.

Prueba de ello ha sido mi reciente corte de pelo, me lo he cortado siguiendo un poco la tendencia pero la razón principal ha sido la comodidad y el ahorro de tiempo en arreglarme el pelo.

Con el pelo corto es más fácil llevar una imagen impecable allí donde quiera que vayas. Lo más curioso ha sido la repercusión que ha tenido.  Todo el mundo se ha dado cuenta y me ha realizado algún comentario positivo.

Voy a plantearos dos tipos de decisiones:

-1. Cambiar de estudios después de más de una década en el mismo ámbito. De Biología a ADE.

-2.Cambio de «look» radical.Cortarse el pelo corto teniéndolo muy largo.

Después de tomar estas dos decisiones he ido obteniendo multitud de comentarios. Uno de los más frecuentes: «¡Que valiente eres!»

Yo alucino en colores porque se trata de un comentario a la segunda decisión.  La primera decisión suele pasar inadvertida, es cierto que muchos me han felicitado y apoyado, otros se han posicionado en un «¿Pero estas segura?»

El adjetivo valiente lo obtengo por dejar que una peluquera meta mano a mi pelo. Guau! ¡Que loca estoy!

Sacad vuestras propias conclusiones, pero hoy más que nunca creo que la sociedad viaja en un tren sin frenos hacia una la tierra llena de la imagen y el postureo.

No somos capaces de ir más allá, nos quedamos en el exterior, conocemos a las personas por sus perfiles en redes sociales pero no tenemos ni la menor idea de lo que realmente les apasiona o como se sienten en este momento.

Tenemos un mayor alcance para llegar a otros y que otros lleguen a nosotros, pero nos quedamos en eso, en las imágenes que proyectan.

Vivimos en un mundo de relaciones tan impersonales que nos enamoramos de una foto de perfil o rompen con nosotros por un whatsapp.

En serio, ¿Hay alguien ahí? ¿Qué nos está pasando?

El hombre de nuestro tiempo, más que inmoral es bruto. Le gustan las diversiones estúpidas y un poco infantiles, quiere comer, beber y lucir. Lo mismo les pasa a las mujeres.
Pío Baroja

Otra de las lecciones que he aprendido en estas últimas semanas es:

La vestimenta es el 50% del éxito en los negocios, otro 30%  osadía y desparpajo, 20% conocer de lo que hablas y 10% oportunidad.

Sino vas bien vestido y acorde con el entorno, no es que no te escuchen, es que te evitan. Si tienes la fuerza para comunicar tus ideas y poder de convicción, ya casi los tienes en el bote. No te vendría mal tampoco algún dato técnico sobre lo que hablas y por supuesto encontrar el momento adecuado y crear la oportunidad.

“La ley es inexorable, como los perros: no ladra más que al que va mal vestido.”
―Pío Baroja