Una habitación a oscuras, mi rostro iluminado tan solo por los fogonazos que emite un viejo televisor. Con la mirada fija, la respiración contenida y apretando los dientes, me enfrento a la penúltima escena de Kill Bill II. En la antesala de un gran final tenemos al gran Bill, recordándole a la Mamba negra que es un «killer».
Mientras que un dardo cargado de una sustancia que le obligará a decir la verdad hace su efecto sobre la Mamba, Bill camina por la sala hablando de comics y superhéroes, utilizando el simil de Superman, que es el único superhéroe que se disfraza de persona normal e incluso un poco estúpida y temerosa, es la crítica que Superman le hace a la humanidad.
Al igual la Mamba negra había intentado disfrazarse de persona normal y llevar una vida corriente. Pero ella se levantaría cada día siendo lo que es un «Killer», en este punto de la película casi le das las gracias a Bill por librarla de una existencia tan mediocre.
Pero hay un detalle que no debemos dejar escapar. La lucha con Katana o las artes marciales parecen hacernos olvidar el nimio detalle por el que la Mamba negra pretendía cambia de vida: «la maternidad», es la leona que lo deja todo por sus cachorros. Es el equilibrio entre la vida y la muerte. La Mamba deja de destruir para comenzar a crear.
El mensaje de la película lo sintetizaría en algo así: Podemos intentar disfrazarnos, escondernos o llevar vidas distintas en lugares distintos, podremos huir pero siempre tendremos que enfrentarnos con nosotros mismos. Lo que somos, nuestra esencia natural siempre saldrá a flote.
Sin embargo, algunas personas renuncian a lo que son, a la vida que quieren. Un sacrificio por su descendencia.
Por lo que para todos aquellos Killers, economistas, periodistas, comerciantes, viajeros, enfermeras, estudiantes, vividores…a los que el predictor no les dio azul, haced el favor de no escondeos y para los que si, que tal intentar compatibilizar ambas cosas?
Sois superhéroes disfrazados de personas corrientes o personas corrientes disfrazadas de superhéroes?