A finales de Septiembre hicimos un reencuentro erasmus en Madrid. Me encanto comprobar que como siempre hay cosas que no cambian. Mientras tanto el grupillo de mi año se reunía en Vigo. Así que, intercambiamos un montón de whatsapps y fotos. La noche del Sábado en medio de la fiesta me comentaron:
-Me han dicho que últimamente no paras…
En el fondo no sabía donde meterme, porque se trata de una realidad. Así que eché mano de mi «excusa perfecta»:
-Si bueno, es que verás…ahora que Andrea esta en Madrid pues claro, salgo más porque alguien tiene que enseñarle las cosas…la zona de Tribunal-Malasaña, la latina, el Oktoberfest, los murales de Arte contemporáneo en Tétuan… en fin, ese tipo de cosas…
Así que ahora, desde que mi amigo de Benevento ha aterrizado en Madrid, tengo «una excusa perfecta» para mirar con otros ojos, todo aquello que ya conocía y volver a perderme por las calles de Madrid.
Los primeros días mientras Andrea buscaba piso me sirvieron para volver a tomar contacto con algunos asuntos ya había olvidado. Esas pequeñas lecciones que aprendí compartiendo piso o en el la residencia erasmus.
La palabra convivencia a veces se nos torna «tan inabarcable», me refiero a esas veces en las que te vas de viaje con amigos y ya están surgiendo conflictos que hacen que las vacaciones dejen ese sabor agridulce. Desde el típico ¿Dónde comemos? hasta el ¿Qué hacemos ahora? negociar estas cuestiones puede convertirse en un auténtico infierno.
Por eso aquí os dejo una lista para que le echéis una ojeada cuando os atoréis, si queréis añadir algo más la sección de comentarios sigue abierta.
-Mantener la calma y tener paciencia, dos o más nunca llevan el ritmo de vida que lleva uno solo.
-Exponer lo que uno quiere hacer, las otras personas también tienen sus planes y no son adivinas.
-Ser generoso, con esto también me refiero a saber ceder en favor de los otros.
-Estar disponible y escuchar más, evitando las distracciones (esta es una de mis asignaturas pendientes)
-No agobiarse con los pequeños o grandes contratiempos, debemos proponer soluciones alternativas.
-Una buena gestión del tiempo personal ayuda a que también podamos aplicar esto a grupos más grandes.