En mis últimas vacaciones en Ferrara, Italia. Descubrí esta receta gracias al maestro Fabrizio Vinci, solo que yo le he añadido un «extra» de mantequilla.
Con tres ingredientes y casi sin esfuerzo se preparan en 15 minutos estos minicroissants. Necesitamos un frasquito pequeño de crema de cacao y avellanas, pasta de hojaldre y mantequilla.
La pasta de hojaldre viene como si fuese una masa para pizza muy fina, el secreto esta en contarla como a gajos como si de finas porciones de pizza se tratara. En en extremo más ancho colocamos una cucharadita de crema y enrollamos la masa hacia la parte más fina, así adquiere la forma característica de croissant.
Por último derretimos la mantequilla al baño maría, con unos 25 gramos es suficiente. Lo ideal es extender por la superficie con una brocha. Pero si no tenéis, podéis usar una cucharilla para verterla por encima.
Precalentamos el horno a unos 200º y después colocamos los croissant en una bandeja, bien separaditos porque crecen un montón. Usamos papel de horno para que no se non peguen.
Con hornearlos 10 min es suficiente, lo mejor sería que los vigilarais para que no se os queden ni crudos ni quemados.
Un ultimo consejo, el relleno de mermelada no funciona, se queda chicloso y se pega a los dientes.
Si encontráis algún otro relleno me gustaría que lo compartieráis.
Estos croissant dejaran un perfume estupendo en vuestra cocina, tened cuidado y dejadlos enfriar un poco para no quemaros. Para mi gusto están más ricos el día después porque saben más dulces.