Tras los pasos del Erasmus+

«La Unión Europea creo el erasmus y vio que era bueno…y muchas personas desinformadas trataron de desprestigiarlo, y otras que quedaron fuera suspiraban por una plaza, los que regresaban, se morían por volver…Y entonces la Unión Europea dijo: Sea el erasmus sin límite de edad, y para no universitarios, que las personas puedan circular libremente a través de asociaciones, sea más corto que un mes o tan tan largo como un año. Que incluya a voluntarios de toda Europa. Que los europeos aprendan sobre cualquier materia, teatro, cuidado del medio ambiente, deporte, las TICs, emprendimiento, psicología, cine o temas sociales…Que los emprendedores puedan conocer otras empresas, que haya prácticas…Y en un alarde de bondad dijo y que se extienda a otros países del Mediterráneo como: Australia, Canadá, Kuwait, Macao, Mónaco, Qatar, San Marino, Suiza, Estados Unidos de América, Andorra, Brunéi, Japón, Nueva Zelanda, Singapur, Emiratos Árabes Unidos, Estado de la Ciudad del Vaticano 336 257 194 157 Bahamas, Baréin, Guinea Ecuatorial, Hong Kong, Israel, República de Corea, Omán, Arabia Saudí, Taiwán.

Y la Unión Europea dijo: «que se cubran los gastos de viaje, el alojamiento y la comida, así como los materiales»

Y recojamos todo lo aprendido en un documento: Youth Pass para que las personas que participen puedan demostrar lo aprendido en su experiencia en el extranjero. Y se valoraron cuatro competencias: lingüísticas, digitales, capacidad de aprender y desarrollo social y cívico.

Y La Unión Europea vio que era bueno…y exclamó lo llamaré: ERASMUS+

Pero como su creación era tan grande, muchas personas continuaban desinformadas, y apegadas al viejo concepto de erasmus.

Entonces un grupo de Jóvenes exerasmus creó Building Bridges para informar a los jóvenes de estos programas, para realizar actividades culturales, para acoger a voluntarios europeos!

Y crearon un portal y lo llamaron Yes europa y vieron  que era bueno…»

Y ahora tu estas leyendo estas líneas y puedes formar parte de una aventura épica ¿ A qué esperas para entrar? ¿ En esta Historia Interminable, quieres ser el Bastian que lee o el Bastian que sueña?

 

 

No te vayas todavía

Hola de nuevo, sí; aún estoy viva…

Soy Patricia la persona que escribe estas líneas y que lleva año y cinco meses con este blog. El proyecto no ha muerto, os podría contar mil historias sobre los cambios que tengo preparados para el blog pero ninguna sería cierta. La realidad es que llevo sin aparecer por aquí más de un mes, y las razones son múltiples: nuevos proyectos, trabajo de encefalograma plano y aires de primavera.

No sé, si los de Iron Blogger me siguen admitiendo en su club. O sí, se me ha caído al suelo el título de blogguera…

El domingo pasado le pedí a un amigo, llamémoslo A.G.L. (para que mantenga el anonimato) que me sugiriese un tema que tratar. Voy con retraso de mil cosas que contaros pero aún así me gusta pedir opiniones y luego hacer lo que me da la santa gana.

Pues bien, me propuso el tema de las despedidas, creo que en el blog ya había tratado el tema de los reencuentros, porque me prometí cuando lo empecé buscar lo bueno de todo.

«He decidido caminar por el lado bueno de la vida», de todos modos y sin que sirva de precedente me voy a enfrentar a las despedidas, como en su día hice con las rupturas.

Llamadme bicho sin corazón ni alma si queréis, pero he desarrollado una capacidad especial para aguantar las despedidas (en este momento estoy cruzando los dedos porque mi amigo Andrea se va en dos meses y le voy a echar mucho de menos), pues bien, me dí cuenta en el erasmus entre los lloros y abrazos, de que la cosa no era tan terrible. Que lo verdaderamente importante es cumplir esa promesa de regresar o de ir a visitar al otro y tener presente las cosas que has aprendido de esa persona.

Las despedidas nos traen cosas nuevas sino nunca evolucionaríamos, si yo continuase en el mismo grupo que desde el cole y no hubiese conocido a nadie nuevo sería realmente muy triste.

Centrando un poco el tema, creo que mi amigo se refería más bien a la soledad del exiliado por trabajo en el extranjero. Pero la soledad tiene su punto de libertad e independencia, y quien sabe, yo tuve que marcharme para valorar lo que tenía en casa.

Aunque claro, mi zona de confort ya cubre España, Italia y hasta un poco de Turquía, ¿Será que este año no la amplio a más países?