Las solteras y las empresas buscan lo mismo

¿Qué buscan las empresas?

He leído libros, consultado webs y blogs, uno de los últimos posts que me ha  inspirado, lo encontré en Entreagentes y nos habla sobre el desajuste de competencias, entre lo que el mercado laboral pide y la formación de los candidatos.

Y la respuesta siempre estuvo delante de mis narices, la empresas buscan «un buen partido», el príncipe azul de toda la vida.

Comencemos por lo más sencillo, buena presencia y educación. Aunque en algunas empresas actualmente no es necesario vestir demasiado formal, lo clásico sigue vendiendo, sobre todo cuando aún te encuentras al otro lado de la puerta. La amabilidad y una sonrisa perfecta, pueden abrirte muchas puertas. Ser tu mejor tu, siempre ayuda, no solo nos fijamos en gente con un aspecto impecable, sino también en personas que parezcan saludables, las empresas también, no son un ente abstracto, las constituyen personas.

Una vez pasado este filtro llega por ejemplo, el tema de las competencias lingüísticas, mínimo bilingüe en Castellano e Inglés. Hasta las profesoras de guardería que trabajan con bebés de 3 meses es recomendable que sepan inglés. Y no, el mundo no se ha vuelvo loco, es que o te subes al tren o te dejan atrás.

Otros idiomas muy reconocidos podrían ser el alemán o el francés, claramente hablar chino o idiomas muy poco hablados, también te abre infinidad de puertas.

Definitivamente las solteras siempre elegirían a un hombre que habla idiomas antes que a uno que no.

Sinceridad, lealtad, confidencialidad, muchos de los valores ideales para la persona con la que queremos compartir nuestra vida también lo son para una persona a la que queremos contratar, por eso y porque la entrevista de trabajo te la hace una persona, debemos transmitir confianza, responsabilidad, en resumen rezumar integridad por todos nuestros poros.

Estar a la última, es muy importante a la hora de que te elijan, la formación constante, conocer que esta pasando ahí fuera es imprescindible. Uno de los sectores en auge es mundo digital, como se suele decir no es el futuro sino el presente y están naciendo un montón de perfiles nuevos muy demandados. Claro que para encajar primero hay que formarse y practicar.
Un buen día, Google now me presento, casi como por arte de magia la nueva iniciativa de Google junto con otras instituciones como IAB, EOI o la Universidad Complutense de Madrid el proyecto  Actívate, que ya comenzó en 2014 pero que seguirá desarrollándose en 2015. Es una plataforma de cursos Mooc, en E-commerce, desarrollo de apps, analítica web… Yo ya he completado mi primer curso en Marketing Digital. ¿Y tu a que esperas?

 

 

 

Mis vocaciones infantiles

Esta semana he estado dándole vueltas a un estudio sobre las aspiraciones profesionales de los adolescentes realizado por la Universidad Carlos III de Madrid. La nota de prensa me la paso la redactora de Kampussia Lourdes Sanz, y el tema me pareció interesante de primeras.
Después de leerla bien y escribir el artículo, no me he quedado muy convencida con las conclusiones de estos científicos.

Normalmente idolatro a los científicos, si lo dice la ciencia me lo creo «a pies juntillas», cierto es también que esto me sucede tan sólo con las llamadas ciencias puras (matemáticas, física, química y biología), cuando se trata de ciencias sociales…la cosa cambia. Tal vez sea que usan otros métodos u otras estadísticas, o tal vez sea que me dejo guiar por el sentido común, pero creo que las verdaderas vocaciones nacen de lo más profundo de nuestro ser, es cierto que el entorno próximo, la familia, los amigos o la sociedad pueden hacernos cambiar de idea.

Pero queridos lectores, yo me quedaré con la primera. Desde muy pequeña quise ser veterinaria.
Quería curar a todos los animalitos del mundo. Adoraba las palomas, las ardillas, los caballos, las serpientes y los cerdos.

Hay varios episodios que marcaron en mi infancia mi relación con los animales:

-En una película del oeste, una caravana se caía por un precipicio, yo solo preguntaba que les pasaría a los caballos, me pasaba exactamente igual con las de guerra. Solo me afectaba si morían animales. (Razón por la cuál abandoné la idea de hacerme veterinaria, tarde o temprano los animales a los que tanto amaba morirían)

-Un buen día fui a pedirle un beso a mi padre y la perra dálmata de casa de mis abuelos salto sobre mí mordiéndome en la boca.

-En la feria del pueblo me compraron un pollito, lo puse a andar sobre la mesa, cuando llego al borde, no lo toque para ver si volaba. Lloré mucho y le pregunte a mi madre que si era un pollito porque no volaba. La respuesta de mi madre creo que fue algo así como que aún no podía hacerlo. Pensé que era una mierda de pollito. (Creo que el pollito murió) Nunca más me compraron pollitos.

-Siempre era la primera niña que estaba tirando pan a los patos o corriendo detrás de las palomas.

Creo que sobre los 10 años quise ser arquitecto, mi padre había estudiado delineación y a mi siempre me fascinaron los planos. (creo que los mapas aún más). Me pasaba el día con las construcciones de lego y los mecanos. Monta y desmonta. Cuando finalizaba algo y no sabía que más hacer, cogía las plastilinas, barro, mimbre, siempre estaba con alguna cosa entre manos.
Un buen día alguien me dijo que para ser arquitecto habría que estudiar mucho y sobre todo matemáticas, fue casi instantáneo, a dios a ser arquitecto.

Durante todo este proceso, no paraba de disfrazarme, organizar obras de teatro y gags cómicos, pero nunca pensé en ganarme la vida con ello.

A los 14 años lo supe otra vez, viajes, exploración, conocimiento, yo quería ser bióloga.
Amaba la vida, amaba a cada pequeño animalito, la célula y cada orgánulo. Pese a eso, sacaba mejores notas en historia, quizá porque siempre me gusto contar historias y que me las contaran.

En la actualidad, me fascinan las nuevas tendencias, las nuevas tecnologías y el Marketing. Me sigo interesando por el medio ambiente y por la divulgación científica.

Como decía el estudio: «solo el 6% por ciento trabajará en lo que soñaba de niño», pero es que yo aún sigo cambiando y nada es definitivo hasta que caiga el telón.

¿Conoces el Pahodo?

No se trata de un nuevo juego Japonés, se trata de la receta que te hará sonreír un poquito más el domingo. La famosa receta de «Pasta al horno del Domingo o Pahodo» fue inventada todavía no se sabe muy bien por quién, un domingo de esos en los que no queda nada en la nevera y solo algún tupper con restos de macarrones del jueves o del viernes, quien sabe.

¿Cómo transformar esos restos en algo delicioso? Tranquilos, el horno y un poco de imaginación se encargan de todo.

Lo primero es localizar los ingredientes.El ingrediente principal, la pasta, ya lo tenemos. Después no debemos olvidar «la chicha», trocitos de chorizo, bacón, para los vegetarianos calabacín, etc…
Y ahora vamos con la salsa,para los amantes de las cosas «bien hechas» recomiendo una mezcla de huevo y trocitos que queso. Otra opción es la nata de cocina.

¿Qué es lo que más me gusta de este plato? Pues que coges el recipiente para horno y lo pones todo dentro, e voilà, ya esta listo para hornearse. Es tan sencillo que asusta y el resultado es espectacular.

Para coronar todo, antes de meterlo en el horno podéis ponerle pequeños tomatitos cortados y queso en fibras del que venden para gratinar. Si no tenéis recordad siempre que cualquiera que tengáis si lo ralláis os dará un resultado parecido.

Y eso es todo, unos pocos minutos obtendréis un plato delicioso que saciará vuestra hambre e incluso con el que presumir ante las visitas.