Durante la primera quincena de julio, gracias a formar parte del Grupo de Entomofauna UCM, he tenido la oportunidad de colaborar en Nature Camp UCM. El objetivo de nuestros talleres era introducir a los niños en el mundo de la entomología. Para ello diseñamos manualidades, salidas para observar mariposas, pasapalabra animal edición especial bichos y mi favorita: Construcción de un hotel de bichos. Resumiendo, la idea es que los niños capten la importancia y el papel que juegan los insectos en nuestro medio. Después de todo, solo se respeta y se ama lo que se conoce.

Cuando trabajas con niños aprendes muchas cosas, yo diría que he aprendido más  de ellos, mientras intento enseñarles, que de muchos libros y cursos.

Consiguen  abrir tu mente  para ser más flexible y  reconocer que no hay un único modo de hacer las cosas. Que un abrazo inesperado es la mejor manera de decir valoro lo que estas haciendo. Que frente a los problemas entre compañeros, lo que más necesitan es que les escuchen. Que siempre surgen dudas hasta de las afirmaciones más simples y que todo puede guardar conexión con experiencias u otras cosas aprendidas.

Los niños nos enseñan:

El valor de la duda: ¿Por qué? ¿Cómo? Cuestiona todo, no des nada por sentado. Las dudas nos ayudan a comprender algunos conceptos en profundidad. Gracias a ellas planteamos nuevos escenarios y descubrimos nuevas creaciones. ( Muchas veces me daba cuenta de que no tenía todas las respuestas a lo que preguntaban).

A buscar conexiones: Muchas de las novedades que aparecen en nuestras vidas tienen conexiones con experiencias propias o ajenas, algunos campos u áreas aparentemente inconexas pueden converger en infinidad de puntos. (Esto lo aprendí de un modo muy divertido, cuando cortaban mi explicación para explicar que ellos habían visto mariposas en su pueblo, o que un día un insecto les picó, que su primo recoge cangrejos en verano…)

Flexibilidad funcional y estructural: Una misma cosa puede tener distintas funciones y algo con distintas formas puede tener la misma función. ( Esto quedo patente cuando los niños construyeron sus hoteles para bichos, no eran más que cajas de fruta, rellenas de pajitas, palitos y piedrecitas. La idea era que el hotel tuviese forma de torre con las piedras en el fondo y pequeños paquetes de materiales para simular los distintos ambientes para los insectos. Pues bien, allí hubo de todo…desde cine para bichos, piscina, columpios, ascensores, rampas de acceso. Un de los hoteles parecía un templo Budista, decorado con un gusto exquisito).

A tomar la iniciativa: Ser capaces de ir más allá y dar el siguiente paso aunque nadie nos guíe. ( Antes incluso de terminar el hotel ya estaban buscando los inquilinos, pretendían usar materiales fuera de los indicados).

A ser sencillos y frescos en el trato con los demás: Debido a que desconocen muchas de las encorsetadas normas de la sociedad, no tienen tantos miedos y expresan abiertamente sus emociones, opiniones y pensamientos.

Si con todo ello aún no creéis en el poder creativo de los niños, os diré que mientras que la idea era construir aburridas celdillas en forma de Torre para albergar y resguardar a los insectos en invierno. Ellos construyeron una amplia gama de estructuras, añadidos, colores y formas que hicieron que aquellos Hoteles para bichos fuesen una auténtica ciudad de bichos. No sólo se trataba de «Habitaciones», construyeron cines, zonas de recreo, uno de ellos parecía totalmente un templo budista.

«Un niño mira con curiosidad a un bicho, yo miro con curiosidad al niño que mira el bicho»

Un comentario sobre “Taller de desarrollo de la creatividad: Ejercicio V, aprendiendo de los niños.

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